¡Llegamos a la capital japonesa! Luego de unos relajantes baños termales en la región de Hakone, Tokyo nos recibió con frío y mucha lluvia.
Tokyo es una ciudad que parece no terminar. Da por momentos una sensación de infinitud que puede llegar a agobiarte. Todo es edificios, calles, autos, trenes y gente, MUCHA gente. Es muy difícil poder decir que conocemos Tokyo habiendo estado solamente 5 noches.
Lo que sí podemos decir es que la ciudad tiene múltiples caras. La primera sensación que puede darte es la de ser una mole de cemento, fría y poco amistosa. Luego, recorriéndola, empezás a amigarte con ella, conociendo recovecos, callejones, parques, mercados y templos.
De día, Tokyo es la ciudad de la responsabilidad y el trabajo. Trenes abarrotados; hombres de saco, camisa y corbata; chicos con el uniforme del colegio. Son denominadores comunes el recato, la pulcritud, el silencio y la seriedad.
De noche, especialmente en zonas como Shinjuku o Shibuya, la ciudad se transforma. Los edificios parecen tomar vida propia, con sus luces, pantallas y sonidos. Y a esto debemos sumarle el mar de gente que deambula por las calles, estaciones de trenes y comercios.
Acá te dejamos algunas de las cosas que podemos hacer en Tokyo si estás algunos días:
Shinjuku
Además de ser la estación de trenes más transitada del mundo (más de tres millones de personas la usan diariamente), Shinjuku es uno de los principales atractivos de Tokyo. Indispensable recorrer por la noche el hiper colorido barrio rojo llamado Kabuchiko, repleto de bares, restaurantes, karaokes, love hotels y “clubs de hosts”.
Omoide Yokocho
Omoide Yokocho, cuyo significado es “el callejón de los recuerdos”, también está ubicado en el barrio de Shinjuku. Es una callecita muy angosta con unos 70 bares pequeñitos que se especializan en brochettes de distintos tipos de carne a la parrilla yakitori. Del futurismo de Shinjuku al Japón de mitad del siglo XX en cuestión de segundos.
Shinjuku Gyoen National Garden
Un oasis de tranquilidad en una ciudad que, por momentos, puede llegar a ser muy estresante. Cuenta con un jardín de estilo japonés, con estanques, islas y puentes de piedra. Además un jardín inglés, con amplios espacios de césped y cerezos y, por último, un jardín francés.
Shibuya
El otro punto neurálgico de Tokyo. Barrio de la moda y el entretenimiento. Sus puntos más conocidos son el cruce de Shibuya y la estatua de Hachiko.
El cruce de Shibuya es caos y control. Se estima que, en horas pico, por este cruce pasan alrededor de 2500 personas (caminando en todas las direcciones) ante cada cambio de semáforo. Un delirio total.
Hachiko, uno de los perros más famosos de Japón, tiene su estatua en pleno Shibuya. Inevitable pasar por ahí y sacarse una foto con él. Tan inevitable como caminar por la senda peatonal Center Gai, llena de tiendas, bares, restaurantes e infinidad de carteles luminosos.
Takeshita Street
La Takeshita Street está ubicada en Harajuku, a pocos metros de la estación. Es una calle no muy larga, pero llena de locales, muchos de ellos ligados a merchandising de ídolos locales y coreanos, además de cafeterías, restaurantes, negocios de lencerías y tiendas de souvenirs. Es muy colorida y, sobre todo, concurrida los fines de semana. Ideal para recorrer luego de una visita al templo del Meiji Jingu.
Meiji Jingu
Templo sintoísta dedicado al primer emperador moderno, Meiji, y a su esposa, Shoken. Con este emperador, que llegó al trono en 1867, Japón empezó a abrirse al mundo, a modernizarse y occidentalizarse.
Además de los templos, el santuario está en un extenso bosque, por lo cual resulta un lugar ideal para el descanso y el relax.
Akihabara
Es uno de los principales centros de electrónica de Japón. Lleno de tiendas de venta de cámaras, computadoras, videojuegos, animé, manga y todo tipo de accesorios electrónicos y para el hogar. Por la noche, las luces de neón iluminan todo y crean un ambiente muy especial.
Parque de Ueno
Hermoso parque con estanques, templos, museos y hasta un zoológico con osos panda. Otro lugar especial para descansar del bullicio y sumergirse entre los típicos cerezos que embellecen al parque.
Palacio Imperial y sus jardines
El Palacio Imperial está pegadito a la estación Tokyo. Es la residencia oficial de la familia imperial japonesa, construida sobre los terrenos del antiguo castillo usado por el clan Tokugawa, que gobernó al país desde 1603 hasta 1868.
Se aprovecharon los muros y dichos terrenos para desarrollar la construcción del Palacio Imperial. Si pasan por la zona, es un lindo lugar para recorrer los jardines, ver los muros y los fosos. Si bien hay visitas guiadas, por lo que entendimos sólo la hacen en japonés.
Senso ji
Es el templo budista más antiguo de Tokio. Situado en el barrio de Asakusa, está dedicado a Kannon, la deidad de la misericordia. Sus puntos de atracción principales son:
- Puertas Kaminarimon y Hozomon
- Calle Nakamise, de 250 metros de largo y repleta de comercios que venden souvenirs y comidas varias
- Pagoda de cinco pisos
- El salón principal Hondo, donde supuestamente está enterrada la estatua de Kannon que dio origen al templo.
Dos tradiciones son las de comprar los papelitos de la fortuna (vienen traducidos) y los inciensos para quemar. Los japoneses prenden los inciensos ahí mismo y llevan el humo hacia partes del cuerpo que les duelan o que quieran mejorar. Por lo general se llevan el humo hacia sus cabezas, jeje.
Edificio Skytree
Es el edificio más alto de Japón, con 634 metros, inaugurado en 2012. Funciona como torre de radiodifusión, restaurante y mirador. Subimos a lo alto del mirador y, sinceramente, sus vistas son increíbles. A Juan en realidad la altura lo mareó, pero a Flor la experiencia le encantó.
Al menos hasta el 2022, esta estructura es la segunda más alta del mundo después del Burj Khalifa.
En estos párrafos intentamos dejarles algunos de los puntos más visitados de la capital japonesa. Una ciudad de dimensiones inusitadas, que puede llegar a marearnos. Es cuestión de ir tomándole cariño y de ir descubriendo todas sus facetas.
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